En la estructura de la editorial del Estado mexicano predominaban las relaciones públicas, alfombras rojas y cocteles, sostuvo Paco Ignacio Taibo II, su director general // ‘‘nos hemos encontrado las cosas más delirantes’’ // El puente entre España y América Latina está roto, pues lo mejor de la literatura nueva no está circulando, informó el escritor en Madrid
Armando G. Tejeda|Corresponsal|Periódico La Jornada|Sábado 6 de julio de 2019, p. 2|Madrid. El diagnóstico de Paco Ignacio Taibo II sobre el estado actual de la histórica editorial del Estado mexicano, el Fondo de Cultura Económica (FCE), es nítido y demoledor: ‘‘el aparato internacional se fue a mierda” y había ‘‘negocios turbios” y ‘‘meandros” por doquier que provocaron que la situación actual de la empresa sea de ‘‘estado catatónico”.
La de España, una de las 10 filiales del FCE en el mundo, tiene pérdidas acumuladas de más de 7.5 millones de euros (unos 170 millones de pesos) y a eso hay que sumar los más de medio millón de libros guardados en bodegas que no tienen al día de hoy destino.
Con su lenguaje directo y sin ambages, el director general del FCE explicó su nuevo proyecto internacional, en el que aspira a convertir la decena de filiales y las 12 librerías del FCE en el mundo en entes financieramente autónomos y con capacidad para producir y difundir obras literarias y académicas que tengan lectores.
En filial española, pérdidas de más de $170 millones
Taibo II (Gijón, 1947), hijo de exiliados republicanos que debieron huir de la España de la Guerra Civil (1939-1939), reconoció en una rueda de prensa en la librería Juan Rulfo de Madrid, que el reto es ‘‘dificilísimo”, pero ya se están adoptando medidas desde la base para reconducir las inercias de un aparato burocrático que propiciaba el anquilosamiento de los esquemas comerciales y editoriales, pero también que permitía la proliferación de negocios turbios y de actuaciones cuando menos ‘‘sospechosas”.
Para entender la situación del que Taibo II llama ‘‘el aparato internacional” del FCE sólo hay que mirar a la filial española: registra pérdidas de más de 170 millones de pesos, tiene dos librerías que acumulan números rojos desde hace años y en las que sólo hay de distancia unas cuantas calles –Madrid es una ciudad de 4 millones de habitantes y en la llamada almendra central la población no supera un millón–, donde en bodega hay más de medio millón de ejemplares que se están pudriendo en cajas. Y esto es literal, pues la bodega del FCE tiene humedades que a medio y largo plazos dañarán los libros de forma irreparable.
‘‘El FCE opera, entre comillas, en 11 países. Cuando arrancamos el proceso hace unos meses teníamos dos filiales muertas, clausuradas, y nueve activas, con 11 librerías. Y tenían una singular característica común: todas perdían dinero. Tal fenómeno de carácter mágico era más o menos inexplicable y se debía a una serie de administraciones, errores, actitudes de convertir la estructura del FCE en un aparato de relaciones públicas, de alfombras rojas, cocteles y cosas horrorosas.
▲ En el Fondo de Cultura Económica se había creado un circuito en el que se recomendaban unos a otros en una especie de tráfico de influencias entre la Academia aristocrática mexicana, explicó Paco Ignacio Taibo II, en la librería Juan Rulfo del FCE en Madrid.Foto Armando Tejeda
‘‘Hemos encontrado las cosas más delirantes. Tengo un anecdotario que algún día escribiré y se llamará ‘Penurias, miserias, derroches y trapacerías en el FCE’”, explicó el escritor y periodista.
La mitad de librerías de la red Educal están en quiebra
Paco Ignacio Taibo II reconoció que más de la mitad de las librerías pertenecientes a la red Educal están en quiebra. Y que la situación del FCE en su conjunto es parecida: ‘‘Teníamos el proyecto editorial desbordado, con compromisos rarísimos que hemos tenido que deshacer. Mis sospechas es que se había creado un circuito en el que se recomendaban unos a otros en una especie de tráfico de influencias entre la Academia aristocrática mexicana. Así que había que reventar este esquema y darle solidez en muchos sentidos. Así que habría que buscar a los que dirigieron el FCE y las filiales en los años recientes y preguntarles cómo dejaron que se fuera a la mierda el aparato internacional del FCE. Nosotros no queremos saldar cuentas, es borrón y hacia adelante. Si nos metemos en esos meandros destapamos desastres, pero preferimos ponernos a trabajar para corregir el rumbo del FCE hacia el futuro”.
Y añadió: ‘‘Hemos cambiado a los directores de nueve de las 10 filiales, sólo permaneció el de Guatemala. Ahora no sólo se trata de reconstruir un proyecto editorial, sino primero que nada de revivir una empresa en estado catatónico. Si no conseguimos que cada empresa sea solvente, levantar sobre ella un proyecto editorial es prácticamente imposible. Hubo un momento en el que llegó a haber 9 millones de libros en bodegas. Si no reconstruimos las filiales y las volvemos solventes, serán un chupadero de dinero que imposibilita los proyectos de difusión, fomento a la lectura y edición.’’
Trabajo inmenso en puerta
Taibo II explicó que uno de sus principales objetivos al frente del FCE es reconstruir el ‘‘puente roto” que hay entre España y América Latina. ‘‘El puente está roto. Y estoy absolutamente convencido. Y está roto para los dos lados. Es decir, no sólo en España no está circulando lo mejor de la literatura de América Latina nueva, sino que también la mejor literatura española nueva no está circulando por allá. El puente está roto y reconstruirlo nos va a costar un trabajo inmenso.”
Entre las iniciativas a futuro están la edición inminente de tres nuevos títulos, los primeros de la ‘‘era Taibo II” que serán obras literarias: Réquiem por Teresa, del guatemalteco Dante Liano; Orosucio, del mexicano Jorge Moch, y la nueva novela del chileno Ariel Dorfman.